LA LUZ
PERIODICO LITERARIO, CIENTIFICO, ECONOMICO Y DE NOTICIAS
HOLGUIN, 20 de Julio de 1862. Domingo
Año 1. No. 16
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SALUDO A HOLGUIN
¡Once años! Tiempo tan largo
Hace que por vez primera
Llegué Holguín a tu ribera
Sumido en triste letargo.
Y recuerdo, era yo un niño,
Que de él logré despertar
Al sonoro vibrar
De las voces el cariño.
Por una pena horrorosa
Llegué con el alma herida,
Considerando la vida
Como una carga enojosa.
Y recuerdo que en tu seno
Hermosísima ciudad,
Encontré felicidad
Y vi el porvenir sereno.
¡Cuántos recuerdos! Aún viven
En mi corazón escritos,
Pues recuerdos tan benditos
Del alma no se proscriben.
¡Ay! –¿Por qué no me detuve
Y allí dilaté mis días
Colmándose de alegrías
De la esperanza el querube?
¿Por qué? Porque el hombre nunca
Con su suerte se contenta
Y la ambición que alimenta
Su brillante historia trunca.
Porque huye de donde brilla
Para él la luz venturosa,
Quizá tiniebla luctuosa
Hallando en la opuesta orilla.
Porque de dichas ansioso
Una ilusión lo entusiasma
Y corre tras un fantasma
Tan mentido como hermoso.
Por eso aunque allí encontré
Bálsamo para mi herida,
Por eso, ciudad querida,
Por eso te abandoné.
Y corrí y corrí sediento
En pos de dicha y de gloria
Y desgarré de mi historia
La hoja de más valimiento.
De tus favores en pago
Ingratitud te otorgué,
Y desde entonces, sin fe
Y sin esperanza vago.
Desde entonces la aflicción
Siempre en mis versos resalta
Pues si grande fue la falta
Inmensa fue la expiación…!
Volver a tu seno pienso
Y si este sueño realizo,
Creeré probar el hechizo
Del deleite más inmenso.
Volveré a ti como vuelven
Los náufragos desgraciados
(faltan dos versos de esta cuarteta)
Quizás vibraré el laúd
Al cielo alzando la frente
Con el entusiasmo ardiente
De mi extinta juventud.
Y quien sabe, Holguín, si alcanzas
A consolarme en mis cuitas,
Y eres tú quien resucitas
Mis ya muertas esperanzas.
Y aunque en mi dolor profundo
Lance un clamor triste y vago
Como el que a orillas de un lago
Lanza un cisne moribundo.
Viviendo allí entre tus flores,
Bajo tu cielo precioso,
Quizás me parezca hermoso
El más cruel de los dolores.
Con viva fe te saludo
Y aunque mi emoción es tal
Que es de esas en que el mortal
Dice más estando mudo.
Mi primer canto te envío;
Acógelo si te place,
Como el vínculo que enlace
Tu destino con el mío.
Manuel Nápoles Fajardo.
Tunas, 18 de Julio de 1862
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