Copiosa
lluvia refresca la temperatura, la pálida luna oculta su faz en densos
nubarrones y una brisa continua se deja sentir en el salón de la Casa del Pueblo. Véese al Sr.
Manuel Trinidad Guillén ocupando la poltrona presidencial y sentados en sus
puestos a los señores Albanés, Tamayo, Quezada, Sirvén, Torralbas y Rodríguez.
La
borrascosa sesión da comienzo con la lectura del acta de la anterior, que fue
aprobada.
El Síndico,
Sr. Albanés, presenta su dictamen referente a las horas que cree oportunas para
la venta de carnes dentro y fuera del Mercado, como se había recomendado,
siendo estas: de cuatro a seis de la tarde en el Mercado y de tres de la
madrugada a las ocho de la mañana así en el citado lugar como en todos los
puestos públicos que se establezcan en cualquier lugar, de acuerdo a las
disposiciones vigentes.
Los señores
Rodríguez y Torralbas manifiestan su inconformidad, significando que si bien es
cierto que la ley autoriza la venta libre, ellos opinan que esto perjudica a los
intereses del municipio y pudiera dar lugar a que se introdujeran carnes de
animales robados o enfermos.
El Sr.
Albanés, contestando esto, dice que no es posible ni lo uno ni lo otro, por
falta de ganado y a la vez porque nadie se iría a esponer (Sic) a caer en
decomiso cuando una res mayor solo paga un peso y cuarenta centavos.
El Sr.
Toralbas continúa la discusión manifestando que no es conforme con lo que
dispone la vigente legislación referente al establecimiento de puestos fuera
del Mercado y mucho menos en los establecimientos de víveres.
El Sr.
Albanés pide se someta a votación.
Los señores
Sirvén y Tamayo piden que se expenda la carne fuera del Mercado de las siete en
adelante.
El Sr.
Albanés dice que eso se opone al derecho referente a la venta libre.
El Sr
Quezada dice que está de acuerdo con lo que dice el Sr. Albanés.
Los señores
Rodríguez y Torralbas continúan oponiéndose a la venta libre, o sea, en los
establecimientos de víveres.
El Sr.
Albanés continúa firme en que se declare libre la venta de carnes y hace
constar que ningún Concejal se ha ocupado de la hora en que se deben extraer
del Matadero.
Habla
nuevamente el Sr. Torralbas y dice que referente a las carnes pide que se
cumpla la ley.
El Sr.
Sirvén dice que estamos girando en un círculo muy estrecho y siempre nos
encontramos en el mismo sitio.
El Sr.
Albanés dice que lo peor de la discusión es que el Sr. Torralbas discute como
abastecedor y no como Concejal.
El Sr.
Torralbas le contesta y dice que él solo ha discutido como Concejal, más cuando
no tiene puesto de carnes ni se dedica a esta industria y repite que lo que
desea es que se cumpla la ley.
El Sr.
Rodríguez dice que el único medio de defender los intereses del Municipio es
que solo se vendan las carnes en el Mercado.
El Sr.
Albanés le contesta y dice que eso es barrenar el decreto.
El Sr.
Presidente pide que a los puestos solo se le venda en las casillas y no en el
Matadero y agrega que como libre que es la venta no se pueden prohibir los
puestos.
Terminó la
discusión acordándose que la venta de carnes sea: de cuatro a seis de la tarde
en el Mercado solamente y de tres de la madrugada a las ocho de la mañana en
dicho sitio y en los puestos.
Se trató de
los terrenos Ejidos en que la
Comisión da cuenta de sus trabajos y manifiesta que hasta la
fecha solo hay comprobadas 256 caballerías. Con dicho motivo se dispuso dar un
plazo para que los que se consideren con derecho al resto de los terrenos ya
citados lo manifiesten, y que para ello se comuniquen las órdenes a los
Alcaldes de barrio.
El Eco de Holguín. 08.09.1900