Llega a
Holguín el Inspector de Obras Públicas señor Juan Miguel Portuondo y Tamayo
(llegó antier Sic.) con el objeto de visitar los edificios públicos para
informar de su estado y hacer el correspondiente presupuesto.
Fue a:
Cárcel Pública, Hospital Civil, Cementerio y Rastro.
Por sus
informes, que hemos podido adquirir, hemos sabido que es su criterio que:
Cárcel, en
deplorablísimo (sic) estado.
Hospital:
notó que no había separación entre los varones y las hembras.
Cementerio:
que los muros que lo cercan tienen poca altura.
Rastro: que
no reúne condiciones ninguna para el sacrificio de las reses por su suciedad,
por lo tanto, entiende, que es perjudicial para la salud.
Ofreció que
se ocuparía preferentemente del muelle de Gibara, en cuya construcción daría
empleo a numerosos trabajadores y (se ocupará) de que su extensión sea la
suficiente para que pudieran atracar a él dos vapores de gran calado.
En lo que
respecta a la Cárcel
manifestó al señor Juez que una vez seguida la visita del inspector de ese
ramo, General Carlos García Vélez, cuya opinión es de que esos establecimientos
penitenciarios deben construirse según el sistema celular. Después de esa
visita se emprenderán las obras para el mejoramiento de dicho edificio.
Habiendo
visitado al señor Teniente Alcalde Municipal Manuel Trinidad Guillén con objeto
de enterarse de las necesidades del municipio, le ofreció que serían atendidas
las peticiones que por el mejoramiento de este pueblo le hizo y que recabaría del
Gobierno el importe necesario para la terminación de las obras que aún faltan
por hacer en el cementerio.
El Eco de Holguín, 21.02.1900
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