La pálida
luna alumbra un tanto la azulada bóveda. Las suaves brisas del marañón bañan
los alegres rostros de los habitantes holguineros y todo, todo revela un algo,
un nuevo acontecimiento político, quizás el advenimiento de la república
sultana del golfo mexicano. Este es el aspecto de la primera de nuestras noches
municipales, la del domingo 1ro de Julio en que el Alcalde y sus Concejales
juran ser fieles al cumplimiento de los deberes que se han impuesto para con el
pueblo que le confirió sus poderes.
Ha llegado
el momento solemne. El hermoso salón de sesiones de nuestro Ayuntamiento se
encuentra totalmente amueblado. Las luces, aunque pocas, no por eso dejan de
ayudar con sus destellos.
Los
Concejales salientes presididos por el Alcalde interino, señor Guillén, hacen
entrega de sus cargos y acto seguido se procede al juramento de los catorce
allí presentes y del Alcalde, señor Fernández Rondán, quien ocupa la poltrona
presidencial y se dirige a sus compañeros de consistorio, haciéndole saber que
se va a proceder a la elección del Síndico y su suplente, para lo cual concede
cinco minutos, los suficientes para preparar las respectivas candidaturas.
A votar.
Catorce cédulas aparecen en la urna. Se procede al escrutinio, del cual resultan
electos para el primer puesto el señor Juan R. Albanés Peña y para suplente el
joven Lcdo. en farmacia Ricardo Sirvén Pérez. El señor Albanés hizo saber que
él no reunía condiciones para el cargo en que s ele había nombrado, pero que lo
aceptaba así por deber y por gratitud. Terminó la oratoria dándole gracias a
sus compañeros.
El nuevo
Ayuntamiento señala los sábados para celebrar sus sesiones ordinarias.
Al terminar
los acuerdos el señor Fernández Rondán dirigió la palabra al consistorio,
manifestándole que grande es la responsabilidad que hoy pesa sobre la
corporación, pero le alentaba una esperanza consoladora, la de estar al frente
de un pueblo digno, que en todas las épocas ha sabido conducirse por el camino
del orden y el progreso, marchando siempre con paso firme hacia la
independencia. Al terminar estas palabras recibió nuestro Alcalde muchas
felicitaciones de los numerosos concurrentes y la música de Avilés dejó oír las
patrióticas notas del himno bayamés, dirigiéndose entonces el Ayuntamiento a
ofrecer sus respetos al dignísimo Gobernador del Distrito, quien obsequió a los
padres del pueblo conla tradicional cuanto más espumosa cerveza.
La prensa
holguinera, en unión del representante de El Triunfo de Gibara y de Cuba
Ilustrada de La Habana,
que se encontraban presentes en todos los actos que dejamos descritos, no
mereció atenciones de ningún género, sin duda por olvido, y como todos los
olvidos, involuntario.
El Eco de Holguín. 04.07.1900
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