EL ORIENTAL
PERIODICO LITERARIO, MERCANTIL, ECONOMICO Y DE NOTICIAS
HOLGUIN 21 de enero de 1863
Año 1. No. 51
FOLLETIN
CONCIERTO EN LA SOCIEDAD
A la hora anunciada en el programa se suspendió el telón y el escenario de nuestra Sociedad parecía enorgullecido al contener en sí una fragante rosa de Bengala, un delicado clavel de la China y una cándida violeta, que no parecía otra cosa las Srtas., que con tanta amabilidad se dignaron contribuir con sus talentos al buen éxito del espectáculo.
Tocada por la orquesta, que con tanto acierto dirige D. Miguel Pascual, el aria del Trovador, “Deschi la spira”, se presentó el beneficiado y con una limpieza, dulzura, brillantez, sentimiento y facilidad admirables ejecutó la interesantísima Melancolía de Prunme.
Seguidamente el Sr. Varela con su potente, flexible y sonora voz, cantó la brillante cavatina “Cruda funesta manía” de la ópera Lucía de Lamenmor.
La Srta. Doña Concepción García sentose luego al piano y cediendo las teclas a la dulce presión de sus delicados dedos, produjeron los dulces, melodiosos y tiernos sonidos de la embelesante romanza con que Verdi quiere que el padre de Alfredo procure separarle del amor que le profesa a la infeliz Traviata.
La ejecución de esta pieza no puede llevarse más allá en cuanto a su ejecución, cuya dificultad estriba en su mis sencillez; pero es necesario poseer un alma de artista para poder comunicar a los demás como lo hozo esta Señorita el sentimiento de que el autor se hallaba poseído al escribirla.
La gran Obertura de la “Norma”, ejecutada al piano y el violín, obtuvo el éxito que podía esperarse de dos profesores, resultando en las pulsaciones la fuerza, vigor, brillantez y dulzura que requiere y la facilidad para vencer las dificultades de que está sembrada.
La romanza de la moribunda Traviata “Addio del passato”, cantada por la Srta. García Doña Elvira (Sic.). esa romanza en que la cantante tiene que ejecutar siempre, contrarrestando la fuerza de su voz, cuando, como sucede con esta Srta., es de un volumen grande. Esa romanza, en que la nota más alta en lo agudo, ha de ser “un filo di voce”, y en la que ha de expresarse el sentimiento causado por los recuerdos del amado, el temor por la pérdida del amor de Alfredo y el destructor presentimiento de lo que ha de suceder después de su muerte, es, a no dudarlo, una pieza que califica de sobresaliente en el divino arte, a la que, como la simpática Elvira, le ejecuta con la perfección, buen gusto y facilidad que requiere.
La romanza de tiple en la zarzuela “Jugar con fuego”, cantada por la Srta. Doña Amalia de Quesada nos patentizó las relevantes dotes que posee dicha Srta., para el arte de Euterpe, porque siendo una obra maestra en su clase, para ejecutarla siquiera medianamente, se necesitan bien aquellas dotes sin las cuales se estrellaría en sus dificultades una medianía.
Finalmente el “Divertissement de Concert” tocado en el violín por el joven Betancourt, nos patentizó una vez más que la Habana, Matanzas, Trinidad y otros puntos de la Isla le han hecho rigurosa justicia al calificarle de sobresaliente en el divino arte que profesa.
La selecta concurrencia que presenció la función, creemos que habrá quedado complacida, como lo habíamos pronosticado, aunque no podemos menos que deplorar no haber visto el lleno que esperábamos, aunque la modestia del beneficiado consintió en rebajar el precio de la entrada a la mitad, por las exigencias del público, para que estuviera al alcance de todos el goce de tan gratas sensaciones, que nosotros y con nosotros muchos de la población, desean que se repitan y así lo esperamos, porque algunas persona se han interesado para ello.
Bonifacio
A las amables señoritas que tomaron parte en el concierto verificado en la noche del 18 del mes actual.
Ven a mis manos olvidada lira
Hoy que a tus cuerdas pido un solo acento
Para cantar un noble pensamiento
Que al triste corazón, feliz inspira.
Por Concepción, Amalia y por Elvira
Mi voz recorra osada el firmamento,
Llegue de Dios al soberano asiento
Y consuele a la patria que suspira.
Si al pobre Bonifacio que os adora
Porque de Holguín la gloria le engrandece
Le prestáis atención consoladora;
Seguida, niñas, la senda que enaltece
A los pueblos, cuando era protectora
Al umbral de la patria se aparece.
Bonifacio.
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