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miércoles, 10 de agosto de 2016

Un cura grosero. Se opone Holguín al Padre Fernández Lestón



Varias veces nos hemos ocupado a la ligera del disgusto que muestra una gran parte del pueblo de Holguín ante el proceder del Sr. Arzobispo de Santiago de Cuba de imponer al cura, señor Fernández Lestón en el cargo de Vicario de esta ciudad, cargo que con muy buen sentido se pidió para el ilustrado, querido y virtuoso sacerdote dominicano, Ldo. Rafael C. Castellanos.

Como se ve la resolución del prelado a que nos referimos no ha dado los resultados que esperábamos, pues a pesar de conocer el proceder incorrecto, irrespetuoso y grosero de Fernández Lestón y de ser este un cubanófilo furibundo, lo nombró vicario en propiedad de Holguín y su jurisdicción para vengarse así de las señoras y señoritas que le devolvieron las credenciales de profesoras de Doctrina cuando le dirigieron una petición a favor del Padre Castellanos y aquel, el Arzobispo, ni siquiera por cortesía se dignó a contestar a tan razonado cuanto respetuoso escrito.

Hemos dicho que el nombramiento de Fernández Lestón ha dado los resultados que eran de esperarse, porque el referido cura jamás se ha portado con la corrección que le impone su misión, pues aparte de sus ademanes y actos groseros, según se dice, ha dado patadas a varios niños y dicho palabras desde la sagrada cátedra que, a la verdad, si hubiéramos estado presentes no se habría quedado eso sin el correctivo que merece todo aquel que falta al respeto y consideración de un pueblo culto.

Por eso la noche del jueves último y en momentos de celebrarse las Flores de Mayo ocurrió el choque entre Fernández Lestón y nuestro Director[i], de cuyo acto haremos historia.  

Sabido es que desde que nuestro Director emprendió la campaña para que Lestón no fuera nombrado vicario, este se mostró su enemigo personal, como también de los 103 padres de familia que firmaron la instancia contra su nombramiento y a favor del Padre Castellanos. Ese ha sido el motivo del choque, y por eso el tantas veces citado Lestón se creyó con derecho a expulsar del templo a nuestro Director y a pedir que se le prendiera bajo su responsabilidad como si estuviéramos en la época de Don Felipe II.

Y a la verdad que no nos ha chocado tanto lo del cubanófago cura, como el proceder de su mandadero Luís Fuentes y Fuentes, hijo de Holguín y fanático, al extremo de creer que  los sacerdotes no se les puede llamar al orden como a otro ciudadano que olvide sus deberes para con la sociedad.
Dicho mandadero pretendió, como su amo y señor, que nuestro Director fuera detenido por la Policía, y tanto alteró el orden hasta que hizo que los concurrentes abandonaran el local, no sin la protesta de una juventud digna que allí se encontraba y que no está dispuesta a tolerar que nuestras vírgenes sigan presenciando ademanes groseros, ni oyendo palabras descompuestas, pronunciadas por pecadores que van cubiertos bajo el traje de ministros de Jesucristo.

El Eco de Holguín, miércoles 18.05.1907


[i] Se refiere a Heliodoro Luque

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