Algunas
de nuestras calles se han convertido en hipódromos gracias a la iniciativa de
los soldados americanos que haciendo gala de su destreza en equitación, exponen
al transeúnte y a los niños a un serio percance con sus carreras a cuanto le es
dado al bruto.
Si
el Sr. Comandante de esa fuerza aquí acantonada corrigiera ese abuso, nunca
tolerado entre nosotros, se lo agradeceríamos.
Ancho
campo tienen donde correr las ginetes (Sic) americanos allá al Oeste del
Hospital, donde sin peligro pueden entregarse a esa diversión que le es tan
agradable.
La Federación, 16.12.1900
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