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lunes, 18 de julio de 2016

La iniciativa popular



Bien claro se ve que el Gobierno no está dispuesto a facilitar metálico para la constitución de Juntas protectoras del trabajo, ni para la fundación de Bancos de Crédito que auxilien a nuestros hacendados en la reconstrucción de la riqueza pecuaria. El Gobierno entiende que esos problemas deben ser resueltos por la iniciativa particular y nosotros, aunque inconformes de todo punto con ese modo de pensar del Estado, dirigiremos desde hoy todos nuestros esfuerzos a obtener de los capitalistas del Distrito que faciliten el dinero necesario para atender a la más urgente de nuestras necesidades, esto es, la importación de doscientas yuntas de bueyes para distribuirlas en los campos. Nuestros capitalistas están en el deber de no hacerse sordos a este llamamiento y desatar el nudo de la bolsa en obsequio de la clase más sufrida de Cuba, de la que más sangre ha derramado defendiendo la Independencia. Corta es la relación de los hombres de dinero en el Distrito, pero moderado es también el servicio que se exige. Con dieciocho o veinte mil pesos se adquieren doscientas yuntas. ¿Y estamos tan pobres que no pueda reunirse tan exigua suma en Holguín, Gibara, Banes, Samá y santa Lucía?

Desplegando celo, energía y buena voluntad, en un mes puede quedar cubierto el empastito de los veinte mil y funcionando la Junta protectora.

(Al apuntar la idea el periódico, dice, cuenta con la palabra y asentimiento de importantes comerciantes de Gibara y Holguín, por eso, dice, seguirá el periódico en el empeño).

(…)

¡Si triunfamos en el empeño, este será el de mayor aprecio para nosotros, si salimos derrotados diremos que los ricos del Distrito de Holguín son los hombres más pobres de la isla de Cuba!

La Opinión, 06.02.1900

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