Gran alarma
produjo en todo el vecindario el hecho realizado por un escuadrón del 10mo de
Caballería de los Estados Unidos que convirtió la población en campo de
batalla, penetrando por las principales calles a todo correr y sosteniendo un
nutrido fuego de fusilería. Cierto es que los disparos eran con pólvora
solamente, pero como nadie confía en ello, y porque en ninguna nación se
permiten practicas así dentro de las poblaciones, claro está que todo el pueblo
se alarmó y hubo los naturales desmayos (…)
¡Todo un
Escuadrón a escape, haciendo fuego y sin que mediara el previo aviso para
evitar atropellos! Esto produjo una indignación hasta entre los oficiales
americanos.
Por ese
motivo el Ayuntamiento con el Sr. Manuel Trinidad Guillén, se reunió en sesión
permanente, elevando enérgicas protestas al Sr. Gobernador del Distrito,
capitán Bigelow, quien en forma caballeresca se dirigió a la Casa del Pueblo, manifestando
a los representantes de este que él había ordenado al sargento que mandaba la
fuerza que hiciera evoluciones a una milla de la ciudad, pero debido a la mala
interpretación lo hizo adentro de la misma.
Bigelow,
dijo, lamentaba lo ocurrido y prometió que no se repetiría y que castigaría
severamente al culpable.
El Eco de Holguín. 08.09.1900
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