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martes, 23 de agosto de 2016

Puyas y garabatos



Sr. Director de El Campesino.

Según el estimado colega “La Razón” de Holguín, Ud., ha querido burlarse de García Aguilera y Sirvén porque como yo les llamaba ganadero y boticario. Pero sé que no es así y a ellos les halaga ser eso. Como no se defenderá el “vizconde de la guanajería” que le llamen ingeniero, ni médico al que cayó, como el vanado, en un lazo de pata, que de eso sí sabe el ganadero. El Alcalde para esta faena preparó los peones y el boticario las municiones y la vaselina. Y luego el coronel Manduley, allá en la provincia, poco fue lo que pudo empujar, no para que saliera, sino para que entrase todo en la combinación.

Cómo iba a ser! Todos los días sale un bobo a la calle y ese día cogieron dos, al vizconde y al galeno. Como se ríe la gente del boticario y del ganadero de la saliva que le hicieron tragar al médico cuando le dieron la brava para firmar el arreglo. ¡Que secuestro! Oficiaron tres coroneles y dos oficiales, y empujaban Alcalde, ganadero y boticario.

¡Que choteo! caballeros, todavía hay risa. Como que el Ingeniero se atracó  con un saco de catibía que le indigestó y aún eructa. Y el galeno, hay que confesarlo: comió lo que le dieron, ya  la fuerza.

Buena balada, buena! Hay que reconocer dos cosas. Primero: que Píndaro no podía presentarse dividido en la Provincial y mandó a dar a la getne del médico lo que pidieran, pero esa gente no supo pedir, y la del boticario supo dar, dar poco en algunos casos y nada en otros, como el ata de Senador; y, Segundo: que la gente del ganadero y del boticario fue hábil. Ahora bien, que la balada salió buena porque el gallazo, el guajiro de Las Calabazas, andaba fuera de la zona. Este hubiérales tomado la estancia, los mangos y la madre de los tomates. Los dejan sin Alcaldía, sin acta de Representante y sin nada, porque sabe pedir y no come catibía.

Al que escribe en La Razón no le gustan los veteranos. Ya lo creo, si él no es de aquí. Pero va a comer veteranos hasta que se muera. Y en Holguín que hay hasta para hacer dulce. Y frente a su casa hay un veterano que le zumba; y en todos los parques y en cada hogar. Y, según dicen, los veteranos no fueron mala gente. Dicen que hicieron la independencia, la República, y dieron estas libertades, para que cualquier quidam, en nombre de la patria que no amaron ni defendieron, la quieran representar y hablen de ella, o no quieren que de ella le hablen.

Créame, Sr. Director, Ud., siga las huellas de su Jefe, el general García. El decía que mejor quería que le odiasen que le llamasen infeliz. Si ha de ser representante por el gusto de los liberales se que no lo será. Ellos lo que quieren es que Ud., ahora no los jeringue más presentando al público sus partes más ridículas, y por so le dicen que se alegrarán de su triunfo un día que fuese candidato.

Como sé que a Ud., no le duele que ellos triunfen; pero una cosa es con guitarra y otra con bandola!

Dice el solivio que la unión es un hecho entre los liberales holguineros. ¡Por la otra punta!

Y que un buche de esa dijo: ¿Quién ha visto un montunazo presidiendo una Asamblea? refiriéndose a Armando de Feria.

Y quién ha visto un gallego metiéndose en lo que no le importan dijo Pittaluga. Y ese gallego es liberal y escribe en La Razón, según dicen.

Con que, cójame ese toro pinto!

Firma: El Guajiro del Martillo.



El Campesino, 16.08.1916

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