Acabamos
de pasar por una inspección de las escuelas de todo el Distrito Municipal y nos
hallamos (Sic) amenazados de que se nos derriben gran parte de nuestros
establecimientos de enseñanza, sin duda alguna como medida económica, pues
nuestro TRECE MIL NIÑOS en edad escolar no nos los han podido borrar ni los
mismos que tomaron parte en el censo verificado el último año, cuya obra fue
considerada como la más completa que se había realizado en Cuba hasta la fecha.
Esto
es un dato que, como dejamos anotado, es una verdad inconcusa (Sic), como
verdad es que el Sr. Rasco, en nombre del Gobierno Militar de Cuba ha suprimido
las escuelas para varones de Corralito, Escondida y la de Cobezuela, dejando
tan solos dos ayudantes en todo el término, o sea, la Señirita Curbelo
en San Andrés y el Sr. Llera en Melones. ¿En qué se ha fundado el ya citado
inspector para llevar a cabo su obra? En los promedios de asistencia que no
arroja el número suficiente de alumnos, sin que por ello deje de existir el
correspondiente número de matriculados. Esta última circunstancia nos hace
creer que la medida demoledora es injusta, si se tiene en cuenta que no ha sido
derogada la ley por la cual se ordena la enseñanza obligatoria. ¿Con qué
personal contarán en el mañana los Directores de las escuelas a las cuales
asista el número de alumnos que tienen matriculados, cuando la ley ya citada se
haga cumplir en todas sus partes? No lo sabemos. El Sr. Rasco nos lo dirá en
nombre del Gobierno Militar de la
Isla de Cuba y en nombre del Gobierno, y también facilitará
los medios para que reciban educación los millones de niños a quienes se les
priva de tanto beneficio, si es que no quiere hacerse responsable ante los
hechos y ante la historia. Y si decimos esto en tono tan expresivo es porque el
citado Sr. Rasco representa al Gobierno Militar en esta enojosa cuestión y por
lo tanto es el Gobierno mismo y como cubano nativo y pesona de reconocida
competencia e ilustración, él y solo él es responsable de que el día de mañana
muchos de sus compatriotas carezcan de la debida educación por haber suprimido
a tantos mentores de la niñez en vez de trabajar porque aumentara el número de
estos.
Ya
lo hemos dicho más de una vez: exíjase a los maestros el cumplimiento de sus
deberes, pero no se clausuren los templos de Minerva donde están preparándose
los cerebros para dirigir el Gobierno de nuestra patria. Tengan en cuenta los
que dirijan el carro gubernamental que allá, más allá de los mares, en la vieja
Europa, en la España
que ayer retiró sus cañones y sus banderas, hay quien sufija, quien critica
todos nuestros actos, quien exclama: “Ahora no dirán que lo hacen los
españoles, son otros los que manejan a Cuba y hasta la fecha nada práctico se
ha realizado en beneficio de aquel pueblo”.
El Eco de Holguín, 21.10.1900
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