El
Presidente en Holguín
Hermosa
perspectiva presenta la
Liberal ciudad. Sus moradores son presa del entusiasmo que
produce en las almas el triunfo de sus ideales. La azulada bóveda, preciosa
como un día de primavera. Las brisas perfumadas hacen muy agradable la tarde
memorable y la Naturaleza
con todos sus encantos contribuye al mayor lucimiento de las fiestas.
Eran las
cinco de la tarde cuando las comisiones todas se dirigían al paradero del
ferrocarril. Allí se encontraban millares de personas de todas las edades, la
artillería del Ejército Libertador con su capitán Sr. Carlos Muecke; la
caballería del mismo Ejército al mando del coronel Modesto Fornaris; la Guardia Rural y un Escuadrón
del 10mo de Caballería de los Estados Unidos.
Desaparece
el sol y la plateada luna ilumina nuestras extensas llanuras. El prepotente
silbato de la locomotora nos anuncia que ha llegado la hora de saludar al
primer Presidente de la
República y el número público todo se aglomera a la
escalinata, disputándose el honor de conocerlo.
No es
posible describir lo que allí sucedía en el acto en que el señor Estrada Palma
tomaba el coche, pues el público delirante de entusiasmo no cesaba de dar vivas
a Cuba Libre, vivas a nuestro Presidente. Al fin, después de un rato y a las súplicas
de la Policía,
el público abrió paso y la manifestación se puso en marcha en la forma que
sigue:
- Guardia Rural.
- Fuerzas de caballería americana.
- Coche presidencial.
- Ayuntamiento.
- Juzgado, hacienda y Clero.
- Representaciones.
- Música.
- Veteranos.
- Artillería del Ejército Libertador.
- Infantería del Ejército Libertador.
- Comercio.
- Prensa.
- Magiesterio.
- Liceo.
- Sociedad de Artesanos.
- Amazonas.
- Pueblo.
- Caballería del Ejército Libertador.
Los
niños de las escuelas en número de 1 500 se encontraban formados en el Parque
el General Calixto García.
Tan
pronto llegó el Sr. Presidente al palacio Municipal, donse se hospedó, fue
presentado al pueblo por el Alcalde Municipal. Entonces el Sr. Estrada Palma
pronunció un notable discurso manifestando al pueblo la satisfacción que
experimentaba en aquellos momentos. Siguiéndole en el uso de la palabra los
señores Gonzalo de Quezada y Rafael Serra.
Aquella
manifestación que deja gratos recuerdos entre los habitantes e Holguín y de
todos aquellos que tuvieron la dicha de presenciarla, terminó con el desfile de
los niños de las escuelas.
LA RETRETA
Eran las 9
de la noche cuando dio principio la gran retreta ofrecida en honor del Sr.
Estrada Palma, fiesta que como la anterior, resultó brillantísima y en extremo
concurrida.
EL BAILE
Al terminar
la Retreta,
11 de la noche, se dirigió el Sr. Estrada Palma al Liceo, siendo recibido por
los acordes del himno de Bayamo. A dicha hora y en medio de la mayor animación
dio principio la fiesta, terminando esta a las 5 de la madrugada. El Sr.
Estrada Palma con sus distinguidos acompañantes se ausentaron a las doce en
dirección de la Sociedad
de Artesanos, donde se celebró un gran baile.
LA PRENSA
Con motivo
de la llegada del Sr. Presidente a esta ciudad hemos tenido las siguientes
representaciones de la prensa: Sr. Arturo J. palmas por El Cubano Libre;
Enrique Trujillo, por La
Discusión; Eugenio Álvarez y Martín Bim por El triunfo;
Charles S. salomón por La
Tribuna de Nueva York; el Sr. Marques Sterling por El Mundo[1]
y el Sr. Caballero por La
Lucha.
ACOMPAÑAMIENTO
Entre las
personas que desembarcaron en Gibara en unión denuestro ilustre Presidente
figuran el Sr. Gonzalo de Quezada, distinguido hombre público indicado para
desempeñar el cargo de Ministro [Embajador] de Cuba ante el Gobierno de los
Estados Unidos; Rafael Serra, reputado escritor; Manuel Ross, secretario
particular del Sr. Presidente; Miguel González y Manuel González y también el
corresponsal de Nueva York.
FERNANDO
FIGUEREDO.
Este
distinguido hijo de Bayamo, llegado de La Habana en el vapor María, acompaña al Sr. Estrada
Palma a su ciudad.
PEDRO
SOMOSA.
Veterano de
la Guerra de
los Diez Años y uno de los Jefes que entraron a esta Ciudad el 19 de diciembre
de 1874. Este distinguido patriota es uno de los acompaña al Sr. Estrada Palma.
DE
SANTIAGO.
Han
visitado nuestra ciudad, con el objeto de cumplimentar al Presidente de la República, los
distinguidos señores González Clavel, Castillo Duany y Pérez Carbó.
DE GIBARA.
En el acto
de la llegada del Sr. Presidente, tuvimos el gusto de saludar a varias de las
respetables personalidades que venían de Gibara acompañando a tan ilustre
viajero, entre estos a los Sres. Enrique Céspedes, Alcalde; Francisco Centeno,
cónsul de España; José H. Beola y Maximino Longoria, banqueros; los doctores Pedro
Martínez y Faustino Sirvén, Representantes ante las Cámaras de la Nación; Casimiro de la Torre, comerciante y Jesús
Fernández, industrial.
Es justo
informar que minutos antes de la llegada del tren presidencial, llegó a esta
ciudad el tren excursionista que conducía infinidad de personas distinguidas de
la sociedad gibareña.
ACTO QUE
ENALTECE
El Sr.
Estrada Palma, en su deseo de complacer al pueblo que deseaba saludarle,
dispuso que antes de la
Recepción oficial subieran cuantas personas quisieran darle
la mano y allí se vio al pueblo soberano, sin distingos de ninguna especie y
quedó sentado el principio de libertad, igualdad y fraternidad, base de la
democracia en que se ha de fundar la naciente República.
Así se
hacen los pueblos.
LA
PRENSA
LOCAL
Y EL PRESIDENTE
Señalada
las dos de la tarde del martes para la recepción oficial, la prensa de la
localidad, representada por los señores Antonio Oms, Angel R. Luque, Carlos
Martí y Heliodoro Luque, directores de El Escolar, El Imparcial, El Distrito y
El Eco de Holguín respectivamente, fue a ofrecer sus respetos al honorable Sr.
Presidente de la República.
Presentados
por el Sr. Alcalde Municipal, el Sr. Presidente nos recibió con la galantería
que le es característica, manifestándonos que él entendía que la Prensa no es un poder, como
se ha dicho, y sí un poderoso factor que todo Gobierno necesita para el mejor
desenvolvimiento de todas sus funciones, y, por lo tanto, no debe separarse de
la senda que tiene trazada. La prensa, agrega, jamás debe penetrar en el
sagrado hogar de la familia.
Hablando de
su programa de Gobierno dijo: “Mi programa será conocido en el primer mensaje;
pero puedo anticiparles que tomaré por base el presupuesto, procurando que
siempre resulte un sobrante para dedicarlo a la agricultura, con el objeto de
que se desarrollen nuevas industrias que salven el país de la miseria”.
Referente a
destinos públicos manifestó que él no daría destinos a sus amigos por el hecho
de serlo y sí a las personas que creyera que tenían aptitud y honradez
suficiente para el desempeño de las mismas; pero que, si en la elección de
algún empleado resultara equivocado no tendría inconveniente en decretar su
searación. “Yo, dijo al terminar, he venido a dedicar mis últimos años al bienestar
de nuestra Patria”. Y así terminó el Sr Estrada Palma su entrevista con
nosotros.
SEGUNDA
MANIFESTACION
El pueblo
de Holguín no conforme con la manifestación llevada a cabo la tarde anterior,
con motivo de la llegada del Sr. Presidente, organizó la que se efectuó la
tarde de ayer, resultando uno de los actos más grandiosos que se han
presenciado en todas las épocas.
Abría la
marcha el Escuadrón de la Guardia Rural,
siguiendo en correcta formación 1 500 niños de las escuelas públicas con sus
respectivos maestros. Seguido a estos iban los músicos de la ciudad, numeroso
público y, finalmente, un Regimiento de Caballería Cubana, improvisado para
aquella fiesta.
El Sr.
Presidente de la República
se encontraba en uno de los balcones de la Casa Consistorial presenciando
desde allí el desfile y celebrando, henchido de placer, a este pueblo liberal,
a este pueblo que satisfecho por el triunfo de la sagrada causa de la
independencia no cesaba de vitorearlo.
Terminada
la manifestación el pueblo continuaba aglomerado frente a la Periquera, entonces los
señores Gonzalo de Quesada y Serra pronunciaron brillantes discursos que le
valieron vítores y aplausos.
EL BANQUETE
A la
llegada del Sr. Presidente la música del Sr. Avilés entonó el himno de Bayamo,
dando principio el banquete oficial a las nueve de la noche. En él estaban
representadas todas las clases sociales.
La música
que amenizaba el acto, a más de algunas piezas conocidas, tocó aires nacionales
que llenaron de entusiasmo a los concurrentes.
Los brindis
muy adecuados, mereciendo una salva de estruendosos aplausos el Sr. Enrique
Trujillo, redactor de La
Discusión, por lo elevado de sus pensamientos, el Sr. Estrada
Palma por la sinceridad y cariño que envolvían sus palabras y el Sr. Quesada
que en breves frases manifestó el agradecimiento mutuo entre los visitantes y
el pueblo de Holguín.
DESPEDIDA
Desde las
cuatro de la madrugada de hoy poníase en movimiento un gran número de personas
con el fin de acompañar al ilustre huésped en su viaje a Bayamo.
Lleve feliz
viaje el Sr. Estrada Palma y sus acompañantes a quienes deseamos todo género de
felicidades.
El Eco de Holguín. 23.04.1902
[1] La primera fotografía
nocturna que se tomó en Cuba con vista a su publicación en la prensa la hizo el
fotógrafo Adolfo Roqueñí Herrera, del periódico El Mundo. El presidente electo
de la República,
Tomás Estrada Palma, había desembarcado, procedente de Estados Unidos, por el
puerto de Gibara, y en la ciudad de Holguín se le agasajó con un banquete en La Periquera. Para
iluminar la escena Roqueñí disparó su lámpara de magnesio y la explosión que
provocó al activarse causó alarma entre los asistentes a la comida. Un año
antes Roqueñí había buscado empleo en El Mundo. Un día hizo falta tomar una
foto y como el diario no disponía de cámara fotográfica el director le facilitó
una de su uso particular. Roqueñí hizo su trabajo, reveló e imprimió las fotos
y, aunque se publicaron, se le dijo que le quedaron bien de pura chiripa. Pero
a partir de ahí el fotógrafo comenzó a repetir sus chiripazos tan seguidos que
a la administración no le quedó otro remedio que contratarlo por 15 pesos a la
semana. Tomó en 1917 las primeras fotos aéreas que se hicieron de La Habana y hoy se le
considera como el primer fotógrafo del periodismo republicano, aunque en la
época en que se inició en El Mundo eran ya varios los profesionales del lente.
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