Las 8:15
minutos. Densos nubarrones cubren pavorosas la bóveda celeste sin que se vea
brillar el más pequeño de los astros. Las brisas perfumadas han desaparecido
con todos los encantos de las noches anteriores.
El Salón de
Sesiones se encuentra perfectamente alumbrado; el Alcalde ocupa su puesto,
siendo imitado por los concejales Peralta, Santiésteban, Betancourt, Sirvén,
Milá, Curbelo, Quesada, Albanés, Tamayo, Avilés, Rodríguez y Torralbas.
La Presidencia declara abierta la sesión y el
Secretario saliente procede a la lectura del acta de la anterior, que fue
aprobada. Acto seguido el señor Torres cede el puesto a su sucesor Señor
Federico Pittaluga, quien jura el fiel cumplimiento de los deberes que le
impone el cargo y toma posesión del mismo.
(…)
Dióse
lectura a una carta del venerable señor Salvador Cisneros (marqués de Santa
Lucía), en la cual felicita al Alcalde por haber alcanzado el favor del voto
popular y solicita a la vez que la nueva Corporación, inspirada en los mejores sentimientos
patrióticos, acuerde dirigirse al Gobierno de los Estados Unidos pidiendo la
inmediata implantación de la
República cubana. Tan importante documento fue muy celebrado
por todos los concurrentes.
El señor
Betancourt manifestó que en vista de que el Ayuntamiento solo consta de tres
Tenencias de Alcaldía se debe reducir el territorio a tres Distritos, en vez de
las cinco con que cuenta en la actualidad. Dicha proposición fue aceptada,
procediéndose a ello con el carácter de provisional, por estar pendiente la
reclamación ante la
Secretaría de Estado y Gobernación, de que se le devuelva al
Ayuntamiento los antiguos y florecientes barrios de que fue injustamente
despojada por orden del coronel Hood.
Bien
decíamos a nuestros lectores que acudieran a las reuniones municipales, seguros
de que los padres del pueblo nos habrían de traer de sorpresas en sorpresas.
Así ha sucedido. El Concejal señor Albanés da lectura a una exposición firmada
por él en la que en galano estilo y razones inconcusas pide la revisión de las
Ordenanzas Municipales por entender que habiendo sido escritas estas en tiempos
de la dominación española, todos los artículos que se relacionan con política,
religión y costumbres, que como los “cabildos” africanos, hoy no tienen razón
de ser y mucho menos de aparecer vigentes, por lo que deben desaparecer por
completo, redactándose otras que vengan en harmonía (Sic) con el nuevo sistema
de Gobierno. El citado concejal acabó manifestando que con las Ordenanzas que
rechaza y que se encuentran vigentes, no tenemos Ordenanzas ni cosa que se le
parezca.
(…)
No habiendo
más asuntos que tratar se dio por terminado el acto, que duró hasta las diez,
hora en que los negros nubarrones habían desaparecido y un cielo hermoso,
tachonado de brillantes estrellas, se presentaba a nuestra vista frente a la Plaza, que con sobrada razón
han dicho galanos escritores que es el orgullo de los holguineros.
Nota final:
la prensa no tiene que agradecer honor alguno al primero de los Ayuntamientos
populares, toda vez que si quiere tomar notas tiene que ir armado de papel y
lápiz; tiene además que escribir en el aire, nunca en una mesa por más que
estas se encuentran en todas partes, menos en el lugar que le corresponde.
El Eco de Holguín. 25.07.1900
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