Lástima
grande es que las cuestiones personales y políticas sobrepasen sus límites
naturales para mezclarse con los asuntos de la familia y la sociedad en
general, pues su bien es cierto que la política está relacionada directa o
indirectamente hasta con los asuntos religiosos, no por eso debe tomarse como
arma para esgrimirla en todas partes, siquiera sea por el respeto y
consideración que nos debemos todas las personas.
Todos
sabemos sobre poco más o menos las razones que impulsaron a los miembros de la Directiva del Liceo a
presentar su dimisión con carácter irrevocable. Todos sabemos también que para
sustituir a ésta se imprimieron varias candidaturas, en las que figuraban los
nombres de varias personas respetables para ocupar la presidencia, sinq ue en ninguna
de ellas se encontrara el nombre del candidato que salió triunfante, no menos
respetable ni con menos derecho que los demás socios.
Nosotros,
¿a qué negarlo?, llevabamos la misma candidatura que salió proclamada, a
excepción de la presidencia por la que no votamos, ¿tendríamos por eso motivos
suficientes para declarar la guerra a la sociedad, que es de todos y todos
estamos obligados a sostener, así por el prestigio de nuestro pueblo como por
necesidad social? No, mil veces no. Por eso mismo censuramos esas versiones que
han hecho circular deque alguna o algunas personas no conformes con presentar
la baja como socios de la misma se ocupan de hacer propaganda para que les
imitaran sus amigos y propender de este modo antisocial y censurable a que el Liceo
desapareciera, dando el triste espectáculo de que Holguín, nuestro pueblo
natural, no contara con ninguna sociedad de recreo. Nosotros podemos estar más
o menos distanciados en política de muchos de los socios de dicha sociedad,
pero como la distancia política que nos separa de esas personas no es
suficiente a separarnos de aquel centro de recreo, entendemos que es forzoso
ayudar a la nueva Directiva.
El Eco de Holguín. 04.07.1900
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